Nos han vendido el sistema capitalista como el sistema que más vale, ya lo creo es el que más vale para las entrañas de la tierra que las vacía, las maltrata y las saquea. Es el sistema que más vale para envenenar nuestras aguas, los ríos, los mares, las fuentes, todos ahora pensamos al ver una fuente de agua fresca sino estará contaminada y no nos atrevemos a beber, los mares nos empiezan a devolver las miles de toneladas de basuras que nosotros enviamos, nos llegan en los peces, nos llegan a las costas, se forman nuevas islas con nuestros plásticos.
Nos hablaron de que era el sistema que nos iba a ayudar a crecer, a estar mejor, pero es el sistema donde unos pocos dominan el mercado alimentario, el sector textil, las energías, mientras muchos no disponen de poder adquisitivo ni de oportunidades para adquirir aquello que necesitan. Es un sistema que ha invadido el espacio con basura espacial que no vemos, pero que existe, que no sentimos pero que va cayendo a la tierra cuando menos lo esperamos, de repente. Estamos en un sistema que nos dice que el planeta no tiene límites, donde las cosas cada vez caducan antes, donde los electrodomésticos se elaboran cada con la vida más corta, que nos dice no te preocupes disfruta, consume, usa y tira.
Estamos en un sistema que dice preocuparse de las personas pero que pone en su centro la moneda. Estamos en un sistema que se apodera de lo que es de todas y todos, abusa, viola, no respeta, porque en el centro solo está la moneda no la persona. Estamos insertos en un Sistema asesino de personas y del planeta, que desangra y no cuida. Un Sistema ya caduco, un sistema que está recibiendo los avisos de la naturaleza que le expresa que SÍ hay límites y se están saltando, que expresa que es regalo para todas y todos, y no dominio de unos pocos, que nos muestra un ritmo de vida equilibrado y coherente y nos recuerda que ese es también nuestro ritmo porque somos parte. Nos llama a vivir de otra manera, nos llama a cambiar nuestra forma de vida, porque sino será la vida la que cambie nuestra forma de vivir.
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Una llamada a ser ecoalfabetos comprender los principios de organización de las comunidades ecológicas, la ecoalfabetización nos ayuda a desarrollar la capacidad para entender los principios básicos de la ecología y vivir en consecuencia en comunidades sustentables, comunidades en las cuales satisfacemos nuestras necesidades sin afectar las condiciones de vida de las generaciones futuras.
La esencia de la ecoalfabetización es esa sabiduría de la Naturaleza demostrada en la capacidad de autoorganización de sus ecosistemas que nos hablan de interdependencia lo que le sucede a un individuo le sucede a toda la comunidad, nos habla de reciclaje a través de diversos circuitos no se produce basura en los ecosistemas lo que es desecho para una especie es alimento para otra. El concepto basura no reciclable “residuos” es una invención de la sociedad industrial. Mientras la naturaleza es cíclica, absorbiendo y reutilizando los mismos materiales, nuestros sistemas industriales son lineales: van en una sola dirección.
Para ser sostenibles, los patrones de producción y consumo deben ser cíclicos, a semejanza de los procesos naturales.
Los ecosistemas nos muestran la asociatividad establecer vínculos de cooperación es una de las características distintivas de la vida. La asociación se manifiesta como la tendencia de los seres vivos a establecer vínculos, vivir unos/as dentro de otros y cooperar unos/as con otros/as. Nos habla también de flexibilidad sabe adaptarse a las fluctuaciones constantes del medio, siempre que estas fluctuaciones se produzcan dentro de determinados límites. Un exceso de estas lleva al colapso del sistema. Y por último nos habla de diversidad.